dimecres, 17 d’abril del 2013

Tú.

Te veo ahí, sentado en nuestro banco. Paso por delante y te miro. No espero palabras. Me miras y con eso lo dices todo. Te contesto con una sonrisa. Sigo caminando. Comienzo a temblar. Mi tonto corazón se acelera. Lloro. Te acercas. Me tocas. Me abrazas. Me susurras "te quiero princesa". Me secas las lagrimas y me dices "no dejes de sonreír por un tonto que te dejo escapar". Te abrazo más fuerte. No puedo contestarte. Cada minuto que pasa me pongo más nerviosa. Me pregunto "¿qué me pasa?". No quiero que este momento acabe. Te abrazo todavía más fuerte, hasta el punto de no dejarte respirar. Te ríes. Me río. Me miras. Te miro. Nos miramos. Vuelvo a sentir mariposas en el estomago, como el primer día que te vi. Me besas. Te beso. Nos besamos. Me apartas el pelo del oído. Me susurras "no te voy a volver dejar escapar más pequeña". Sonrío. Lloro. Por un momento no me creo lo que esta pasando. Cierro los ojos. Los abro. Sigues a mi lado. Vuelvo a sonreír. Y te digo "te echado de menos todos estos meses, no te voy a dejar irte por mucho que insistas". Sonríes. No hay nada más bonito que eso. Te susurro "te quiero". Me abrazas. Me besas. Y dibujas un infinito en el aire.