dimecres, 4 d’abril del 2012
Llueve.
Llueve. No siempre es a gusto de todos, a mi por ejemplo me gusta que llueva despacio, gotas finas cayendo. A otra persona le debe gustar cuando hay tormenta. Los días de lluvia son para relajarse, tirarse en la cama y escuchar como caen las gotas, dejar la mente en blanco y volar. Para salir y gritarle al mundo, correr y desahogarse. Mirar al cielo y dejar que las gotas te recorran por la piel, que bajen por tus mejillas y vayan a parar al suelo. Saltar en los charcos y recordar viejos tiempos de felicidad. Es un día cualquiera, como llueve puede hacer sol.
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